Parece ser que tanto Microsoft
cómo Google tienen claro que un equipo con ambos sistemas podría lastrar una
grata experiencia del usuario, por eso ambos están trabajando para que esto no
llegue a ser posible.
Windows sigue siendo el rey de
los sistemas operativos en cuanto a productividad y cantidad de programas disponibles, por lo que sabe muy bien que una de las cosas que más valoran los
usuarios es la experiencia con el dispositivo, la cual tratan de cuidar y mimar
optimizando su sistema operativo para tratar de ofrecer la mejor experiencia.
Microsoft sabe que si lanzaran un
dispositivo dual boot de Windows y Android la experiencia no sería la misma, se
vería mermada por unas prestaciones repartidas, divididas o que no fueran
totalmente funcionales, dando lugar a que no se pudiera optimizar el sistema, puesto
que se desaprovecharían recursos.
Así pues tanto Microsoft cómo
Google están presionando a los fabricantes de dispositivos para que no se lleve
a cabo estos sistemas con doble sistema operativo, diciéndoles que en caso de
que siguieran con el lanzamiento del producto, éstos no le ofrecerían soporte.
Personalmente creo que Microsoft
y Google tienen razón, son dos sistemas completamente diferentes que están
dirigidos a diferentes públicos, dispositivos y utilidades, no veo útil usar un portátil con Android, puesto que en
Windows tengo más y mejores programas.
Solo me queda decir que si aún no
tenéis Windows 8.1, lo probéis y veréis que tras un pequeño periodo de adaptación os encontraréis un sistema increíble,
tanto en optimización como en usabilidad, y entonces empezareis a comprender
que Microsoft ha dado un paso de gigante con su nuevo sistema operativo.
¿Qué opinas sobre esta decisión?
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